Este post va dirigido a todas esas personas que no tienen todavía una clínica dental de confianza, o para aquellos que han tenido un desengaño o una mala experiencia en una clínica dental. Escoger una buena clínica dental no es sencillo, muchas veces nos guiamos por el precio o por tenerlo cerca de casa o del trabajo, sin embargo, esto no deben ser razones suficientes a la hora de elegir un buen dentista. A continuación vamos a darte una serie de consejos útiles para elegir una buena clínica dental.
Buen trato: Un dentista, al igual que todo su equipo médico, tiene que darte un buen trato antes, durante y después de que acudas a cada sesión en su clínica dental. Es fundamental recibir un trato cercano, darte confianza y hacerte sentir a gusto.
Profesionalidad: Un dentista debe estar titulado y tener los conocimientos más que suficientes para garantizarte un buen trabajo en tu boca. Asegúrate que los profesionales que te atienden realmente disponen de una amplia formación y de Máster Universitario en su especialidad. Si tienes dudas sobre la formación de tu dentista, pregúntale sin miedo, un dentista bien formado no tendrá objeción en indicarte la titulación que posee.
Abanico terapéutico: Busca una clínica dental que tenga todo tipo de servicios y tratamientos. Si tienes que buscar dos clínicas diferentes para tu tratamiento dental, no has elegido bien. Los tratamientos odontológicos son cada día más complejos y elaborados. Del antiguo modelo de dentista hemos pasado a un equipo de profesionales cada vez más especializados: Cirujanos, Implantólogos, Endodoncistas, Periodoncistas, Odontopediatras, Ortodoncistas, Higienistas bucodentales, etc, cada uno de ellos especialistas en su campo. Una buena manera de elegir una buena clínica dental es que sea capaz de ofrecernos todas las especialidades dentales. De este modo, mediante un buen trabajo en equipo, y de forma multidisciplinar, serán capaces de ofrecerte un tratamiento integral de elevada complejidad.
Instalaciones y equipamiento: Un profesional bien formado necesita buenas herramientas para realizar un correcto diagnóstico y tratamiento. Al igual que un cocinero no puede realizar un buen plato sin alimentos frescos y de calidad. Un buen dentista necesita una tecnología adecuada, es importante que dispongan de equipos radiológicos digitales de última generación, así como de un TAC dental, que permita un correcto diagnóstico de casos más complejos.
Hechos diferenciales: El uso de cierto material e instrumental puede diferenciar a un buen dentista. La toma de fotografías y modelos de estudio para realizar un correcto diagnóstico y planteamiento de un plan de tratamiento. La utilización de magnificación (lupas), dique de goma, la toma de arco facial y montaje de su rehabilitación en un articulador.
Accesible: Una buena clínica no necesariamente tiene que estar debajo de casa, sí que es positivo tenerla cerca y que puedas llegar con facilidad, pero no te guíes únicamente por tenerla al lado de casa. Ten en cuenta el servicio que ofrece y la amplitud de horario. Al igual, debes tener en cuenta el servicio que pueden darte en caso de sufrir una urgencia en fechas señaladas como verano o vacaciones. Un buen dentista se preocupa por sus pacientes, y suele ofrecer una rotación del equipo clínico durante las vacaciones, permitiendo tener siempre un dentista del equipo disponible ante cualquier urgencia.
Prevención: Un buen dentista se preocupa por prevenir los problemas que puedan aparecer en tu boca. Un buen dentista no solo quiere solucionar el problema actual de tu boca, sino también quiere ayudarte a que no aparezcan más problemas en el futuro.
No te dejes guiar únicamente por el precio: Que un dentista sea muy económico, no es indicativo de que sea bueno, sino muchas veces todo lo contrario. Recuerda el famoso refrán “Nadie da duros a cuatro pesetas”. En los últimos tiempos, prolifera una publicidad engañosa y muy agresiva donde se ofertan precios escandalosamente bajos. El ofertar ciertos tratamientos a precios mucho menores de lo que deben de valer esconde tratamientos incompletos, materiales de baja calidad e incluso poca formación y preparación del odontólogo que lo va a realizar. En tu proceso de buscar un buen dentista, si lo deseas puedes realizar una comparativa, siempre basándote en criterios objetivos para ésta comparación. Comparar únicamente el precio de un «Ferrari» con un «seiscientos», sin tener en cuenta las diferentes prestaciones de ambos, no es una comparación objetiva, lo mismo puede suceder al realizar comparación entre dentistas y tratamientos tiene que tener en cuenta las diferentes prestaciones que se ofrecen en cada caso.
Huye de los tratamientos gratuitos, 2×1, descuentos escandalosos… No son más que meras herramientas de marketing. Piensa que si una clínica “regala” limpiezas a todo el mundo, debe luego “recuperar” ese tiempo y material perdidos de alguna manera, si no, no se podría mantener. Lo mejor es poner un precio razonable a cada tratamiento.
No te dejes engañar por los anuncios de la televisión: El mejor dentista, seguramente no es el que se anuncia en la tele. Deja guiarte por las recomendaciones de amigos y conocidos… seguramente varios de ellos te aconsejarán desde la experiencia… si mucha gente habla bien de un dentista, por algo será! Elige siempre un dentista con nombre y apellido, evita las franquicias dentales donde existe una alta rotación de dentistas. Busca una clínica donde el dueño sea también dentista miembro del equipo, ya que siempre va a ser él, el que responda a cualquier duda o problema que pueda surgir.
Facilidades de pago y Financiación: Uno de los inconvenientes de los tratamientos más sofisticados y complejos es que utilizan materiales y técnicas que no siempre resultan asequibles. Por ello es conveniente que te informes si el dentista al que vas a acudir puede ofrecer facilidades de pago o financiación de los tratamientos.
Por último te recomendamos que a la hora de elegir a un buen dentista tengas en cuenta el tiempo que este te dedica para explicarte los tratamientos, las alternativas terapéuticas y la confianza que te genera. Al fin y al cabo de lo que estamos tratando es de tu salud ¿Acaso hay algo más importante que eso?